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El Plan LaRouche para reabrir la economía:
el mundo necesita 1,500 millones de nuevos empleos productivos

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Construcción de las instalaciones del ITER (el reactor experimental Tokamak internacional de fusión por confinamiento magnético) en Cadarache, Francia, 2018. (Foto: Oak Ridge National Laboratory).

Índice de contenido

  1. Introducción
  2. Hermano, ¿me puedes dar empleo?
  3. Cómo crear millones de nuevos empleos productivos para Estados Unidos y para el mundo
  4. A duplicar la producción de alimentos; millones de granjas familiares de alta tecnología
  5. Un sistema de salubridad para el futuro
  6. La misión espacial de Estados Unidos; la próxima frontera de la juventud
  7. Un sistema de crédito hamiltoniano para el desarrollo
  8. Llamado de Helga Zepp-LaRouche a los ciudadanos estadounidenses: ¡lo que el mundo necesita de Estados Unidos!

28 de mayo de 2020 (EIRNS) — El Comité de Acción Política LaRouche dio a conocer el 23 de mayo pasado su nuevo informe programático, “El Plan LaRouche para reabrir la economía: el mundo necesita 1,500 millones de nuevos empleos productivos”. Las propuestas se basan en el método de la economía física de LaRouche, aplicado a la enorme tarea de emplear productivamente a 1,500 millones de personas en el planeta, casi la mitad de la fuerza laboral mundial, que está de facto desempleada actualmente.

Este espectacular programa para crear 50 millones de empleos productivos en Estados Unidos es la única respuesta seria frente a la gran crisis, “la grande” verdaderamente: la pandemia simultánea del coronavirus, la pandemia de hambruna, la pandemia del desempleo en masa y el colapso financiero. La economía estadounidense que se “reabra” tiene que ser una nueva economía reconvertida para reconstruir una economía mundial destrozada, mediante la creación de un sistema moderno de salud pública y de atención médica en todas las naciones subdesarrolladas, y una nueva infraestructura global de generación de energía, gestión de aguas y de transporte de alta velocidad. Debe ser una apertura al Sistema Americano de industrialización y de progreso científico, a la escala del mundo.

No hay mejor ejemplo de esto que el regreso de Estados Unidos al espacio, con el lanzamiento pendiente de un cohete hecho en Estados Unidos para enviar un vuelo tripulado a la Estación Espacial Internacional. La premisa fundamental del nuevo informe programático es que el crecimiento económico tiene que ser motorizado por los avances en la ciencia y la tecnología, los cuales se traducen en aumentos en las capacidades productivas del trabajo. La cooperación en el espacio se debe convertir en una misión internacional plena para la Luna y Marte, como el “motor científico” para todo el proceso de crear nuevo empleo productivo de alta tecnología y educar a los jóvenes para que asuman nuevos campos. El informe aborda la tarea de transformar a la fuerza laboral estadounidense para que enfrente ese reto, con un nuevo concepto estimulante que se presenta en el capítulo titulado “La misión espacial de Estados Unidos; la nueva frontera de la juventud”.

Es hora de que los estadounidenses piensen en grande de nuevo. No pregunten cómo o cuándo volver a abrir la economía. Pregunten, “¿cuál es el carácter y dirección de la economía que se va a reabrir?” La pandemia global ha destrozado la máscara del fracasado sistema económico neoliberal británico, y a expuesto la transformación trágica de la base agroindustrial de las economías de occidente en vacuas economías de servicios movidas por el consumidor y el entretenimiento. También ha expuesto la idea igualmente trágica de que los países “subdesarrollados” pueden seguir siendo subdesarrollados de manera permanente, sin que haya consecuencias genocidas. Ese sistema ha muerto, y se tiene que enterrar, mediante una alianza de las naciones de mayor peso, encabezadas por Estados Unidos, Rusia, China e India, en torno a la creación de un nuevo sistema de crédito, un Nuevo Bretton Woods, según el modelo que tenía pensado Franklin Roosevelt, para hacer prosperar a las economías nacionales en todo el mundo, como lo planteó LaRouche por décadas.

LaRouche presentó las opciones que tenemos en una videoconferencia del 14 de junio de 2007: “Tenemos ya una crisis mundial incalculable en marcha… Es una crisis para ver quién va a dirigir el mundo. ¿Va a ser un grupo de naciones, o va a ser el imperio británico reemergente que en realidad nunca desapareció, el que va a relevar a Estados Unidos y establecer su dominio mundial a través de la globalización?”

El informe destaca el papel decisivo que juega Estados Unidos como parte de ese “grupo de naciones”. En cambio, si se intenta un “programa de recuperación” solo para la economía estadounidense, evitando esa cooperación, ignorando a las naciones subdesarrolladas en su necesidad urgente de construcción de hospitales, suministros médicos, energía eléctrica, gestión de aguas y transporte, entonces esa “recuperación” quedará bajo control de Wall Street y de la City de Londres. Y estos se van a asegurar de que sea un “nuevo trato verde” para generar una nueva “burbuja financiera verde”, para reemplazar a su burbuja de todo tipo de papeles tóxicos que está reventando.

El informe también contiene un mensaje especial de Helga Zepp-LaRouche al pueblo estadounidense, donde hace un llamado al resurgimiento de la identidad histórica de Estados Unidos, según la encarnan George Washington, John Quincy Adams, Abraham Lincoln, Franklin D. Roosevelt y sobre todo, su finado esposo, Lyndon LaRouche. Asimismo, ella reitera su llamado al Presidente Trump por la exoneración de LaRouche.

Un nuevo lenguaje para la economía

En el centro del informe se halla el concepto que presentó el primer Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Alexander Hamilton, y que desarrolló Lyndon LaRouche, de que la ganancia no se puede medir en términos monetarios, sino por el crecimiento económico físico únicamente, motorizado por avances en la ciencia y la tecnología que aumentan las facultades productivas del trabajo. Eso significa que se debe ver a la fuerza laboral, no en términos de dinero, sino en términos de relaciones productivas.

Varios capítulos del informe abordan esto de manera singular.

El Capítulo 2 aborda el desempleo desde el punto de vista de las definiciones rigurosas de empleo productivo y necesario, no desde el punto de vista de simplemente girar un cheque de nómina, y muestra el asombroso desempleo o subempleo de 1,500 millones de personas en el mundo, y más de 100 millones en Estados Unidos.

El Capítulo 3 plantea el reto de transformar la economía actual, en donde menos del 20% de la fuerza laboral está ocupada en actividades productivas (y aún menos en manufacturas realmente), a una economía en donde el 50% esté empleada productivamente para satisfacer las enormes necesidades de salubridad, alimentación e infraestructura en el mundo.

El Capítulo 6 presenta un nuevo concepto estimulante, para capacitar a la juventud estadounidense para participar en el tipo de economía en que se puede transformar mediante el Proyecto Artemis y las futuras misiones espaciales, a través de la creación de un “CCC espacial”, según el modelo de los Cuerpos Civiles de Conservación que creó Roosevelt en la década de 1930 para entrenar a 3 millones de jóvenes para salir de la Gran Depresión.

Índice de contenido

  1. Introducción
  2. Hermano, ¿me puedes dar empleo?
  3. Cómo crear millones de nuevos empleos productivos para Estados Unidos y para el mundo
  4. A duplicar la producción de alimentos; millones de granjas familiares de alta tecnología
  5. Un sistema de salubridad para el futuro
  6. La misión espacial de Estados Unidos; la próxima frontera de la juventud
  7. Un sistema de crédito hamiltoniano para el desarrollo
  8. Llamado de Helga Zepp-LaRouche a los ciudadanos estadounidenses: ¡lo que el mundo necesita de Estados Unidos!

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