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Lo siguiente es una traducción del artículo en inglés que aparece en el ejemplar de Executive Intelligence Review del 29 de mayo de 2020.

El Plan LaRouche para reabrir la economía de EU

El mundo necesita 1,500 millones de nuevos empleos productivos

El siguiente informe de LaRouche PAC es producto de una investigación de Robert L. Baker, Dave Christie, Richard Freeman, Paul Gallagher, Susan Kokinda, Brian Lantz, Marcia Merry Baker, William F. Roberts, Dennis Small, and Helga Zepp-LaRouche.

Boletín de prensa

Índice de contenido

  1. Introducción
  2. Hermano, ¿me puedes dar empleo?
  3. Cómo crear millones de nuevos empleos productivos para Estados Unidos y para el mundo
  4. A duplicar la producción de alimentos; millones de granjas familiares de alta tecnología
  5. Un sistema de salubridad para el futuro
  6. La misión espacial de Estados Unidos; la próxima frontera de la juventud
  7. Un sistema de crédito hamiltoniano para el desarrollo
  8. Llamado de Helga Zepp-LaRouche a los ciudadanos estadounidenses: ¡lo que el mundo necesita de Estados Unidos!

Capítulo 4: A duplicar la producción de alimentos;
millones de granjas de alta tecnología

Las medidas de ayuda alimentaria de emergencia que tenemos que tomar ahora para prevenir una "pandemia del hambre", junto con el mejoramiento del sistema de salud contra la COVID-19, genera el impulso para crear un nuevo sistema agropecuario y de alimentos, que sirva a los intereses de todas las naciones, ahora y en el futuro. Esto pondría fin a las prácticas del sistema de cartelización anglo-globalista para el control de los alimentos y de los productores agropecuarios, que ha vuelto vulnerable al mundo moderno ante la escasez de alimentos y la enfermedad, en primer lugar.

Hay dos consideraciones básicas: ¿Cuáles son los volúmenes de producción necesarios? ¿Cuáles son los requisitos para lograr esto?

Al momento en que se escribe este informe, no ha habido, afortunadamente, desastres mayores en la cosecha mundial de granos 2019-2020, lo cual es importante para satisfacer las enormes necesidades de ayuda alimentaria por la pandemia. Pero la cosecha mundial, del actual nivel de 2,700 millones de toneladas anuales de producción de granos (de todo tipo: trigo, arroz, maíz), debe duplicarse lo antes posibles. Un nivel de entre 5,500 a 6,000 millones de toneladas anuales en la producción de granos puede proporcionar a todas las personas de nuestra población de 7,800 millones, un consumo suficiente directo e indirecto (proteína animal), así como las reservas contra desastres y suministro para una población en crecimiento.

Ya antes de la crisis de la COVID-19, el hambre a nivel mundial, que ha estado creciendo continuamente durante los últimos cuatro años, alcanzó el nivel de 821 millones de personas que sufren de una "inseguridad" crónica de alimentos (es decir, sin comida suficiente, debido a la falta de medios para comprarla, o por escasez de alimentos). De esos, 100 millones dependen de la ayuda alimentaria, porque si no, perecerían. En los próximos meses, esa cifra aumentará mínimamente a los 265 millones, de acuerdo con las estimaciones del Programa Mundial de Alimentos, cuyo director general, David Beasley, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU el 23 de abril, que nos enfrentamos a una pandemia de hambre de "proporciones bíblicas"

Factores de producción

Tierra y agua: Los elementos básicos en la ecuación para aumentar la producción agrícola son la tierra y el agua, los cuales se pueden aumentar. África se encuentra en primera posición, con la mitad del suelo arable mundial que queda aún sin cultivar. En las Américas y en otras partes, queda también por desarrollar grandes extensiones de tierra.

Aparte de la fertilidad del suelo (que puede ser artificial, como en el Cerrado de Brasil) y de los regímenes de temperaturas favorables, el agua es el elemento esencial. Es necesario iniciar ya las obras pendientes de grandes proyectos hidráulicos en cada continente, con lo cual se abrirán nuevas tierras de labranza. Para Estados Unidos, Canadá, y México, la Alianza Hidráulica y Energética de América del Norte (NAWAPA, por sus siglas en inglés) desviará un 15% de la escorrentía que fluye ahora al Ártico, en las cuencas del río Mackenzie y Alaska, hacia el sur, para dirigirse a la zona seca del suroeste del continente. Esto hará posible la irrigación desde las praderas de Canadá, directo hasta el noroeste de México. El proyecto NAWAPA contaba con el apoyo de Washington, DC, en la década de 1960, pero se frustró gracias a la camarilla financiera de Londres y Wall Street.

The North American Water and Power Alliance (NAWAPA)
Ver ampliación
Fuentes: Parsons Company, Estudio conceptual de la Alianza Hidráulica y Energética de América del Norte, 7 de diciembre de 1964; Hal Cooper; Manuel Frías Alcaraz; EIR.

En África, el Proyecto TransAqua, que se propuso por primera vez en la década de 1970, reabastecerá la cuenca del lago Chad, para provecho de toda la región subsahariana, desviando un pequeño porcentaje del flujo de la cuenca del río Congo, que a su vez se beneficiará de los nuevos sistemas agropecuarios, de transporte, energía y gestión de agua.

The TransAqua Project

Además de estos programas de transferencia de agua a gran escala (cuyo ejemplo sobresaliente más reciente es el Proyecto de Transferencia de Agua Sur-Norte de China, el cual transporta agua por 445 km, de la cuenca del río Yangtsé, a la del río Amarillo) también hay un enorme potencial agrícola a partir de la desalación de agua del mar y del agua salina de interior, por medio de la energía nuclear.

Proyecto Sur-Norte de China

Mecanización: El equipamiento de granjas permite una alta producción, con maquinaria especializada para la siembra y para la cosecha, y con tractores para todos los propósitos. La mayor productividad proviene de conformar el tamaño y la potencia del equipo a la escala operativa que sea mejor para cada región. Por ejemplo, en partes de Brasil o la franja agropecuaria de Estados Unidos, las sembradoras de maíz o soja de 48 hileras sirven para una agricultura extensiva de alto rendimiento. En Japón, las microgranjas producen arroz de alto rendimiento, con sembradoras drones y otras máquinas muy avanzadas y de muy pequeña escala. Alemania y Bielorrusia son famosos por los poderosos tractores de todos los tamaños para la agricultura euroasiática.

Parte de la misma cuestión, es la necesidad de almacenamiento de cultivos de alta tecnología, así como el procesamiento y manejo de los alimentos. La preservación de los alimentos a través de la irradiación evitará pérdidas, permitiendo enormes ganancias en los suministros, al igual que el empleo más extendido de métodos de larga data, desde la liofilización hasta la pasteurización a temperaturas ultra altas.

Biociencia: En el siglo pasado, la hibridación y la ingeniería genética revolucionaron el rendimiento de los cultivos, pero con la investigación científica y el desarrollo tecnológico, como la tecnología CRISPR (siglas en inglés de Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Espaciadas Regularmente) en la ingeniería genética y otras técnicas, es posible lograr más avances para mejorar incluso el perfil básico de los cultivos. Por ejemplo, existe el Proyecto C4 Rice, para aumentar los rendimientos en la producción de arroz en un 50% por medio de una fotosíntesis más eficiente. Lo más urgente es llevar a cabo la investigación básica para protegernos contra las enfermedades de plantas y animales, en especial las zoonóticas, enfermedades que pasan del animal al hombre. La COVID-19 está en esta categoría. Actualmente, no existe una vacuna contra la fiebre porcina africana, sumamente letal y contagiosa entre los cerdos. A causa de esta enfermedad se perdió en 2019 una cuarta parte del suministro mundial de carne de cerdo.

Energía: la electricidad y todas las formas de energía son fundamentales para cada fase de la producción moderna de alimentos, comenzando con la fabricación de todos los insumos hasta los sistemas de agua, estructuras de riego, maquinaria agrícola y de procesamiento, almacenamiento y transporte de alimentos. El enfriamiento de la leche cruda en tanques de gran volumen fue revolucionario para la producción lechera en la década de 1930; mejoró la dieta promedio con más leche. Incluso la electricidad doméstica de los productores agropecuarios es vital para la productividad, como lo demostró el sistema de la Autoridad del Valle de Tennessee, en donde aumentó la producción agrícola después de que sus hogares obtuvieran iluminación, calefacción, refrigeración, estufas, agua en el hogar, máquinas de lavandería y avances similares.

Densidad de Flujo Energético: La métrica implícita en esta mejora es la densidad de flujo energético. Esto se refiere a la densidad de energía que se aplica a través del área pertinente de una función, de modo que cantidades más densas crean la condición para una mayor productividad. El orden de clasificación de la energía en sí es evidente en las diferentes fuentes, que van desde fuentes de energía de baja densidad, como la quema de leña, hasta el carbón, el petróleo, el gas, la fisión nuclear y, algún día, la fusión termonuclear. Con una densidad de flujo energético alta, una granja de un cuarto de hectárea, por ejemplo, mediante la aeroponía o hidroponía puede producir toneladas de alimentos.

El granjero astronauta, millones de granjas familiares

La fuerza laboral necesaria en la agricultura, desde el "campo hasta la mesa", es muy grande, contando a quienes producen todos los insumos, e incluso utilizando la mecanización. Esto significa millones de nuevos empleos. Dos conceptos están en la vanguardia: el agricultor astronauta y la agricultura a escala familiar. La agricultura de la era espacial utiliza el monitoreo satelital, posicionamiento global, bancos de datos, drones y demás. Al mando está el granjero astronauta, que deberá convertirse en la norma en todo el mundo. El otro requisito es la agricultura familiar. El ingenio y la misión de los miembros de la granja familiar, con el nivel de vida, la educación y la ciencia que los acompaña, son las mejores garantías para una seguridad alimentaria en todas las naciones del mundo.

Danos hoy nuestro pan de cada día”

En lugar de responder a esta oración universal, los gobiernos han permitido que el sistema de casino monetarista de los últimos 50 años acabara con la estructurara de una agricultura sólida, que incluso evitó el desarrollo agroindustrial de África, una tierra de gran potencial agrícola, y hogar de 1,300 millones de personas. Los gobiernos deben ejercer la soberanía, para el pueblo. Dividir a los cárteles, cuyas compañías multinacionales monopolizan todos los grupos de alimentos e insumos, como los cereales, la carne, los lácteos, todos los productos agrícolas, fertilizantes, agroquímicos e incluso semillas, es decir, los medios para la vida.

Debido al "abastecimiento global" del cártel, la especulación sobre productos básicos y la consolidación del procesamiento de alimentos y otras prácticas, millones de personas sufren hambre innecesariamente, mientras que los agricultores en Estados Unidos y de otras partes se ven obligados a destruir los alimentos, matar a los animales de carne, o tirar la leche, por ejemplo. Esto debe parar. Nadie debería obtener ganancias especulativas de los alimentos, mientras que los productores de alimentos quiebran. Se tienen que fijar precios de garantía para la producción agrícola. Poner fin a las ejecuciones hipotecarias agrícolas. Se deben adoptar todas las demás medidas de emergencia para salvar la capacidad agropecuaria y ampliar la agricultura a gran escala. Y brindar la ayuda alimentaria en la emergencia pandémica y garantizar un futuro con " el pan de cada día" para todos.

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