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Lo siguiente es una traducción del artículo en inglés que aparece en el ejemplar de Executive Intelligence Review del 29 de mayo de 2020.

El Plan LaRouche para reabrir la economía de EU

El mundo necesita 1,500 millones de nuevos empleos productivos

El siguiente informe de LaRouche PAC es producto de una investigación de Robert L. Baker, Dave Christie, Richard Freeman, Paul Gallagher, Susan Kokinda, Brian Lantz, Marcia Merry Baker, William F. Roberts, Dennis Small, and Helga Zepp-LaRouche.

Boletín de prensa

Índice de contenido

  1. Introducción
  2. Hermano, ¿me puedes dar empleo?
  3. Cómo crear millones de nuevos empleos productivos para Estados Unidos y para el mundo
  4. A duplicar la producción de alimentos; millones de granjas familiares de alta tecnología
  5. Un sistema de salubridad para el futuro
  6. La misión espacial de Estados Unidos; la próxima frontera de la juventud
  7. Un sistema de crédito hamiltoniano para el desarrollo
  8. Llamado de Helga Zepp-LaRouche a los ciudadanos estadounidenses: ¡lo que el mundo necesita de Estados Unidos!

Capítulo 6: La misión espacial de Estados Unidos:
la próxima frontera de la juventud

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EIRNS
A community forum sponsored by the Schiller Institute, celebrating the 50th Anniversary of the Apollo 11 Moon landing, and in support of the current Artemis Moon-Mars program, Houston, Texas, July 25, 2019.

El sector espacial de Estados Unidos desempeñará un papel decisivo en el desplazamiento del 5% de la fuerza laboral del país hacia la investigación y el desarrollo. Según lo especificado por LaRouche, esta es la clave para aumentar la productividad de toda la fuerza laboral.

“Los aumentos en la productividad provienen directamente, únicamente, de mejoras en la tecnología derivadas de descubrimientos científicos fundamentales; cuanto mayor sea el ritmo de poner en práctica los descubrimientos físicos fundamentales, mayor será la tasa de aumento de la productividad per cápita de la población y por kilómetro cuadrado de área".

Nos enfrentamos a un desafío extraordinario: cómo abordar las necesidades inmediatas de nuestra población y de las poblaciones en peligro de extinción en todo el mundo, al mismo tiempo que iniciamos la transformación de las economías nacionales a plataformas superiores de actividad económica. El concepto para enfrentar ese desafío se encuentra en la siguiente declaración de Lyndon LaRouche del 30 de septiembre de 2011:

La existencia de la humanidad se basa en el hecho de que la humanidad es la única especie que conocemos, que tiene el poder deliberado de aumentar la densidad de flujo energético de la vida en su conjunto, en nuestro planeta Tierra y más allá”.

La multiplicidad de las crisis que han barrido al mundo desde el estallido de la pandemia de la COVID-19 indica que no se ha utilizado nuestro poder para aumentar la densidad de flujo energético de la vida en general en nuestro planeta. Y, de hecho, mirando más allá de la Tierra, vemos amenazas aún mayores, como los ataques de asteroides y el clima espacial. Estas amenazas comunes al planeta motivaron a Lyndon LaRouche a exhortar a las naciones a unirse en una "Defensa Estratégica de la Tierra", a cooperar en las áreas fronterizas de la exploración espacial y la fusión termonuclear y a realizar los avances científicos y tecnológicos para defender al planeta.

Esos objetivos comunes de la humanidad los han expresado a menudo los hombres y mujeres que han ido al espacio, como lo hizo el astronauta del Apolo 11 Michael Collins:

Realmente creo que si los líderes políticos del mundo pudieran ver su planeta desde una distancia de 100,000 millas, su mentalidad podría cambiar radicalmente. Esa frontera tan importante sería invisible, esa ruidosa discusión sería silenciada. El pequeño globo continuaría girando, ignorando serenamente sus subdivisiones, presentando una fachada unificada que clamaría por un entendimiento unificado, por un tratamiento homogéneo. La tierra debe volverse como aparece: azul y blanco, no capitalista o comunista; azul y blanco, no rico o pobre; azul y blanco, no envidioso ni envidiado".

El potencial está ahí. En este mismo momento, las principales naciones, como Estados Unidos, Rusia, China, India y Japón, y la Unión Europea entre otras, van rumbo a la Luna este año y luego a Marte, Vemos que la humanidad está en el proceso de construir, de manera cooperativa y competitiva, el comienzo de una plataforma de infraestructura espacial interplanetaria para la humanidad.

En 2019, LaRouchePAC publicó un folleto, "Nos comprometemos con la misión Luna-Marte", que desarrolla en detalle por qué un programa de urgencia internacional de 50 años para la industrialización lunar y la explotación del helio-3 (He3), el desarrollo de la energía de fusión termonuclear para los vuelos espaciales y la colonización de Marte serán el motor más importante para las economías de Estados Unidos y del mundo.

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AMPed NH/Desiree Crossley
A student in Nashua Community College’s precision machine tool teaching lab, Nashua, New Hampshire.

Una CCC del espacio: reconstrucción de una fuerza laboral
nacional de productividad creciente

Con esa misión en mente, ahora miremos el potencial para un aumento dramático en la participación de nuestra fuerza laboral en el programa espacial, con un énfasis especial en la generación más joven.

Así como el proyecto Apolo del Presidente Kennedy transformó nuestra economía en la década de 1960, el Proyecto Artemis del Presidente Trump, con el objetivo declarado de poner un hombre y una mujer en la Luna para 2024 y desarrollar las tecnologías para ir a Marte y más allá, debe convertirse en uno de los motores fundamentales para la reconfiguración de nuestra fuerza laboral.

Durante la movilización del proyecto Apolo en la década de 1960, el 35% de nuestra fuerza laboral estaba empleada de manera productiva (en comparación con el 15% actual). En el proyecto Apolo trabajaban 400,000 personas y el 4.4% del presupuesto nacional estaba dedicado al espacio (en lugar del 0.48% de hoy), lo cual tuvo como resultado que el retorno económico a la economía nacional fue de $10 por cada $1 que se gastó, de acuerdo a las estimaciones.

Al igual que entonces, el salto en la productividad de la nación y su futuro, radica en un programa espacial y desencadenarlo es la misión del Proyecto Artemis, que debe transformarse por completo en la vanguardia de un resurgimiento del desarrollo nacional, orientado una vez más hacia la generación de un avance científico y tecnológico sin paralelo. El Proyecto Artemis puede y debe ser conceptualizado plenamente como un audaz proyecto de muchas generaciones para colonizar la Luna y Marte.

El Proyecto Artemis no solo es vital para la nación y el mundo en su conjunto, sino que debe convertirse en un componente fundamental para rescatar a nuestros jóvenes de la cultura hedonista, de crecimiento cero y sin futuro. Esto se refleja en un informe del Consejo Nacional de Investigación de 2007 que decía:

Los estudiantes necesitan creer que lo que están haciendo contribuirá a una investigación científica o de ingeniería convincente (incluso transformadora) y que contribuirá a un objetivo nacional importante como la exploración espacial. Las metas se tienen que ver como algo real y estable y con el potencial de contribuir a avances importantes en un campo meritorio".

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U.S. Army Reserve/Corey Beal
Equipment maintenance training in the U.S. Army Reserve.

¿Qué le estamos dando a nuestras generaciones más jóvenes hoy? La generación del milenio (de 23 a 38 años) en Estados Unidos representa aproximadamente 56 millones de personas, y la siguiente, la generación Z (que recién comienza a ingresar a la fuerza laboral) representa 32 millones de personas. Eso es alrededor de 90 millones de personas, más de la mitad de la fuerza laboral estadounidense. ¿Acaso piensa alguien que estamos "estimulando su imaginación" con trabajos en la "industria" de la hotelería, o cultivando y vendiendo marihuana legalizada?

Reconstruir y transformar rápidamente la economía de Estados Unidos hoy, para participar plenamente en la creación de esta "plataforma de infraestructura espacial interplanetaria" para mañana, va a requerir del desarrollo de la fuerza laboral de hoy y de mañana de muchas maneras creativas:

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EIRNS/Brian Lantz
A community college manufacturing lab in Houston, Texas, showing machine tools driven by computer numerical control (CNC).
  • Trabajaremos cada vez más con los aspectos de la naturaleza que se hallan en los dominios de lo microfísico y lo macrofísico, que exigen la utilización cada vez más sofisticada de la instrumentación que extiende más allá el alcance de nuestros cinco sentidos. En particular, el estudio de los procesos vivos y sus aplicaciones.
  • Nuestra fuerza laboral trabajará con densidades de flujo energético mucho más altas que requieren una mayor precisión y sofisticación en la instrumentación y en el diseño y las aplicaciones de las máquinas herramienta. Los intervalos de concentración deben aumentar drásticamente. La reciente declaración de un portavoz del Pentágono de que Estados Unidos necesita una "capacidad de fabricación de precisión" solo indica la escala de lo que se requiere.
  • Como sabemos, el nivel cultural de nuestra fuerza laboral, y las comunidades de las que provienen, se debe elevar de manera sustancial y con alegría, para que refleje un creciente dominio y celebración de las capacidades creativas en cada persona. Esto requiere, como lo han explicado Lyndon y Helga LaRouche, un retorno consciente a los principios culturales clásicos. Estas cualidades se reflejarán necesariamente en el crecimiento y desarrollo de nuestras familias y de la vida familiar.

Esto requiere que movilicemos el potencial que existe en los jóvenes. Debemos "estimular su imaginación".

Primer nivel

El primer nivel de un "CCC de la era del Espacio" moderno puede recurrir nuevamente al modelo del programa original de los Cuerpos de Conservación Civil (CCC) de los años treinta y principios de los cuarenta.

Viendo en retrospectiva la duración del CCC original (1933–42), hay aspectos admirables del programa que podrían imitarse hoy. El esfuerzo del CCC que introdujo el Presidente Franklin Roosevelt en su “Nuevo Trato” para revertir los efectos de la Gran Depresión, le dio empleo a un total de 3 millones de hombres jóvenes, entre las edades de 17 y 28 años, durante los años de 1933 a 1942. Participaron en el programa de año y medio de duración, un promedio de 300,000 personas por año, llegando a un pico de 500,000. Esto fue aproximadamente el 5% de todos los hombres jóvenes en ese rango de edad. La familia del afiliado tenía que estar recibiendo algún tipo de asistencia financiera del gobierno para calificarse. En su momento, se convirtió, por mucho, en el programa gubernamental más popular.

Hoy en día, hay aproximadamente 30 millones de estadounidenses identificados entre los 18 y 24 años de edad. Por lo tanto, un programa similar de "primer nivel" con un alcance similar al de la década de 1930 podría inscribir a 600,000 al año. Debido a que esta vez las mujeres también se inscribirán, el programa abarcaría a 1 millón o más. Eso requeriría entre 5,000 y 6,000 campus, con instalaciones, muchos “LEM” calificados (siglas en inglés de lo que el CCC llamaba "hombres con experiencia local") asignados a cada instalación, y de 10,000 a 20,000 maestros, junto con el personal administrativo y los encargados de la logística.

Esta vez, los campus pueden ser tanto urbanos como rurales, con importantes componentes educativos y culturales, y colaborar con organizaciones comunitarias. Este "primer nivel" desempeñaría un papel vital en la construcción de una nueva plataforma de infraestructura nacional para la nación, y se puede esperar que los participantes se desplieguen como cuadros productivos en la construcción de sistemas modernos de salud y producción de alimentos en los países en desarrollo. Muchos también pasarán a formar parte de nuestra fuerza laboral avanzada de alta tecnología.

Como en la década de 1930, hay ventajas en ubicar los campus del CCC espacial cerca de proyectos de trabajo. Se ofrecería capacitación adicional y programas educativos y culturales más amplios en las instalaciones o en las cercanías. De lo contrario, se pierde demasiado tiempo y se pierde la atención. Por lo tanto, será importante hacer primero un mapeo de los proyectos de infraestructura prioritarios, urbanos y rurales, y luego poner en marcha la logística para ubicar los campus. Será necesario vivienda adecuada en el sitio, así como instalaciones flexibles de estudio, capacitación y enseñanza, utilizando las instalaciones fabriles ahora vacantes, centros comerciales urbanos y bases militares, granjas desocupadas, instalaciones en zonas rurales, etc.

Es claro que la creación de un nuevo CCC hoy requiere que se desarrollen los programas culturales, abriendo programas que inculquen a hombres y mujeres jóvenes la cultura clásica, provocando mediante la belleza una pasión por el descubrimiento y la creación. Esto incluiría de manera óptima coros en cada campus con maestros, conciertos, actuaciones itinerantes que involucren el reclutamiento de grupos de teatro bien calificados y pedagogos científicos.

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EIRNS/Brian Lantz
Manually operated machine tools in a community college manufacturing lab in Houston, Texas.

Segundo nivel y el principio de máquina herramienta

Lo que podríamos llamar un "segundo nivel" más alto dentro de un CCC espacial en general, se organizaría, no alrededor de los campus de la fuerza laboral, como podría ser la capacitación laboral menos calificada, sino inmediatamente alrededor de los centros de capacitación avanzada, los que existen y los nuevos "centros de manufacturas e innovación" a construirse. El segundo nivel abordaría a los hombres y mujeres jóvenes que ya tienen, o pronto tendrán, un nivel de enseñanza media y están listos para pensar en su futuro en términos de una carrera y educación técnica. Los programas de entrenamiento internos de la NASA podrían proporcionar información útil. Estos programas se integrarían a los programas federales de capacitación y aprendizaje existentes, los cuales se ampliarían y se coordinarían a nivel federal; también necesitarían un apoyo federal continuo y un mayor inventivo de los mismos.

El meollo de esto es lo que Lyndon LaRouche denomina el "principio de la máquina herramienta". En un discurso que dio en julio de 1997 a una reunión en Washington, DC, Lyndon LaRouche dijo:

"... cuando tratas con la ciencia, con el descubrimiento científico, cuando descubres una idea, tienes que comprobarla, ¿no? Dices, he descubierto una solución a este problema. Alguien dice, bueno, ¿cómo puedes probar que es verdad, cómo puedes probar que estás en lo cierto? ¿Cómo puedes comprobarlo en la naturaleza?

"Entonces, construyes lo que se llama un experimento. Se llama un experimento crucial, o prueba de principio, para demostrar que la naturaleza funciona de la manera en que tu descubrimiento dice que funciona. Eso se llama Principio de la Máquina Herramienta. Ahora, cuando tomas el aparato, que usaste para construir ese experimento, te vas con un tipo que diseña máquinas herramientas o productos similares. Este tipo, después de haber visto tu dispositivo experimental, probablemente te ayudó a construir el experimento, y ahora dice: mira, puedo diseñar todo un grupo de nuevos tipos de productos y nuevos tipos de máquinas herramientas, sobre la base de este descubrimiento que demostraste; al observar tu experimento, al comprenderlo, puedo ver cómo construir toda una clase nueva de productos y procesos a partir de eso... Y así es como funciona. Combinas el desarrollo de la mente, con el desarrollo de los productos y procesos, que ha ideado la mente con el descubrimiento de un principio. Y así es como se produce, eso se llama progreso científico y tecnológico".

Esto es fundamental para volver a crear una base de operarios expertos calificados.

¿Qué necesitaría nuestra Misión Luna-Marte y una base manufacturera renovada más amplia? Actualmente hay 469,000 operarios que trabajan en Estados Unidos, según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, por ejemplo, con un ingreso promedio de $ 45,750 dólares (un sueldo promedio de $22 dólares por hora). Lo que nos proponemos es recuperar las cadenas de suministro esenciales, construir la infraestructura del siglo 21 y reconstruir la base manufacturera de alta tecnología de toda la economía estadounidense. A corto plazo, si tuviéramos que triplicar este número de operarios necesarios para tales esfuerzos, ¿qué implicaría eso? Esto requeriría capacitar a otros 800,000 hombres y mujeres motivados más, en al menos un programa inicial de operario profesional de dos años, durante una década como mucho. Necesitarían tener ya una educación media y un gran interés, antes de ingresar a estos programas. Luego se continuaría con la capacitación en el sitio de trabajo y oportunidades para mayores certificaciones y trabajo avanzado.

Si este esfuerzo inicial para producir 800,000 nuevos operarios jóvenes calificados se completase en un período de aproximadamente siete años y pico (por ejemplo), se requeriría que ingresasen al programa unos 125,000 estudiantes cada año y lo completasen con éxito en dos años. Multipliquen eso por programas avanzados similares para técnicos de ingeniería, enfermeras, soldadores y fontaneros.

¿Cómo reclutamos gente para esos empleos? Un operario cualificado y maestro explicaba que el mayor obstáculo para lograr que los estudiantes se interesen es convencerlos de que el trabajo no es sucio, ni caluroso, ni físicamente difícil. Debido a que la gente tiene la idea de que esto es como trabajar como mecánico de automóviles o trabajar en un cobertizo, el programa de su universidad local solo ha podido llenar menos del 50% de los puestos disponibles en el programa de capacitación. Pero, una vez que un estudiante comienza el programa, se engancha rápidamente con el proceso de aprender las habilidades, resolver problemas y crear.

Esto nos lleva de nuevo a la misión nacional e internacional.

Con el impulso de un esfuerzo a plenitud para la colonización de la Luna y Marte, liderado por los Presidentes Donald Trump, Xi Xinping, Vladimir Putin y el Primer ministro Modi y otros, tenemos el ingrediente que falta a nuestro dilema global de la fuerza laboral.

¡No hay solución intermedia para la exploración espacial, para alimentar al mundo y garantizar la atención médica para toda la humanidad! Lo que se requiere son saltos en la productividad física, oleadas en el derrame de los avances tecnológicos que se propagan por todas las actividades productivas de la economía mundial. Esto en concierto con olas de optimismo por la elevación en la vida cultural de nuestras sociedades.

Es decir, inspirar a todos nuestros jóvenes a convertirse en la nueva fuerza laboral mejorada de operarios y electricistas calificados de alta tecnología, así como de ingenieros y científicos, que necesitamos. Al lograr esto, también podemos inspirar a nuestros padres y abuelos con una nueva esperanza para el futuro de nuestra nación y nuestro lugar en el mundo.

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